Hola, cordial saludo: Bienvenidos todos.
El objetivo
primordial de esta “tertulia litería de mi Rincón Cultural” no es otro que
tratar y discutir sobre
algunos tópicos literarios que nos ayuden a ser mejores escritores, todo lo
anterior porque durante muchos años, expertos y críticos de la materia han
ido descubriendo el carácter más bien elusivo que tiene la buena literatura, la
manera en que, una y otra vez, parece rechazar cualquier consigna, desdeñar
cualquier precepto y escabullirse de todo
intento de sistematización. ¿Cómo pues, se puede enseñar a escribir?
¿Qué es y de qué nos puede servir este taller de creación literaria?
Este taller no es más
que un espacio en el que los participantes nos enfrentamos juntos a este
esquivo oficio para sugerir y orientar el avance de nuestros textos literarios
que acometemos con mayor o menor fortuna. Por lo
tanto, estos breves apuntes no son un taller en el sentido estricto,
sino más bien una “tertulia
literaria” sobre el hecho de
escribir, que apenas contiene unas pinceladas acerca de los mecanismos más
delicados que aparecen en cualquier cuento o novela y que pueden ser útiles a
nosotros como escritores para así poder construir nuestro propio trabajo
narrativo.
Mucho de lo que aquí diremos será también una extensa y al mismo tiempo
contenida recopilación de lo tratado hace ya varios años en la página del Bumerán,
taller virtual dirigido por el escritor Peruano residente en España Jorge
Benavides, autor de varios libros y quién a su vez dirigía las páginas
literarias del diario “El país” de Madrid-España —A medida que avancemos en los
temas tenderemos la oportunidad de analizar sus libros, algunos premiados—,Por
lo tanto, a partir de éste momento y con el objeto de evitar indelicadezas con
los derechos intelectuales, en lo posible citaré las fuentes y en el peor de
los casos, los temas irán con sus respectivas comillas, con lo cual significa
que son temas tomados a manera de fragmentos de otros autores.
También tendremos en cuenta lo dicho por escritores, profesores, teóricos de la literatura y profesores de taller
sobre el oficio y sus secretos. Pero sobre todo, es una
recopilación de todo aquello que he ido descubriendo desde hace veinte años
como asistente de talleres virtuales y presenciales de la ciudad como “Taller
Siembra”, “Taller la Urraca” y conferencias de la “Asociación de escritores de
la costa”. A todo lo anterior hay que añadirle mis experiencias como “ratón de
biblioteca” y mis forcejeos como escritor, todo esto reunidos en una extensa
biblioteca, “consignas anotas, sugerencias, reflexiones acerca del hecho
narrativo”.
“Hablaremos de aspectos genéricos de la literatura, como la diferencia entre cuento y novela, o de los grandes
temas literarios, pero también hablaremos de detalles minúsculos e interesantes
del proceso de escritura, como la elaboración de los personajes, los resortes de
una buena descripción, el inicio de un cuento o novela, los
recursos estilísticos...en algunos casos serán simples bosquejos, otros
resultarán más profusos y algunos otros más bien reiterativos”.
También echaremos
mano de fragmentos de cuentos y novelas de estupendos escritores, porque al fin
y al cabo es de ellos de quienes más y mejor aprenderemos.
Al final de cada tema surgirá una propuesta de trabajo,
porque si nos dedicamos al oficio de escritores, la
única manera de aprender a escribir es escribiendo.
El mecanismo que
usaremos para esta tertulia virtual será el siguiente: se expondrá un tema como
en este caso la descripción, tema el cual estará en discusión unas dos semanas
para los que no tienen tiempo puedan participar.
¿Cómo se puede participar?
Con comentarios y pegando algunos ejemplos de alguna descripción de
una novela o cuento que nos llame la atención, mediante esta participación
lograremos un mejor nivel de práctica y aprendizaje en el taller.
LOS COMENTARIOS: Se deben hacer en la casilla destinada para tal fin.
Al inicio de cada comentario llevará el nombre del autor, con esto al final podrá
firmar haciendo click en la casilla anónimo.
Los comentarios no los verán inmediatamente pegados sino unas horas después.
Este espacio está
abierto a todo aquel que quiera participar con sugerencias y comentarios, ya
sabemos que la participación a la tertulia es de manera voluntaria.
A continuación
algunos comentarios sobre el oficio del escritor.
“Lo realmente notorio
de las ficciones literarias es que su sustancia sea constituida por palabras,
no la anécdota en sí. Eso es lo que la particulariza y la vuelve independiente
de lo que llamamos realidad. El narrador, escriba cuentos realistas o no
realistas, está sumergiéndose en las aguas de un mundo donde, para seguir las
tesis de Vargas Llosa de las que hablamos en algún momento, la única verdad que
entrañan estas mentiras literarias es la capacidad de sugestionar al lector, de
imantarlo y hacerle vivir, mientras lee, esa otra realidad fraudulenta que el
narrador ha creado”.
“Un buen escritor
maneja los hilos de su historia de manera convincente, procurando que sus
artificios logren el efecto deseado. Pero para ello es necesario primero que
ese narrador se crea lo que está escribiendo. Si yo no lo creo, ¿cómo espero
que lo haga el lector? Sinceramente: cuando empiezo a escribir una historia...
¿sé cómo es el personaje? ¿O simplemente lanzo a andar a una figurilla gris, de
rostro borroso, al que he bautizado de manera apresurada "Juan" o
"María", así a secas? ”
“De manera que hay
que creerse lo que uno cuenta. El escritor tiene que estar convencido
de lo que fabula, tiene que vivir -aunque sea parcialmente- en el mundo que ha
creado. Ocurre que parte de esa confianza en nuestra propia historia se pone en
marcha después de muchas, muchísimas horas batallando con una idea que suele
ser bastante esquiva al principio y que poco a poco, y sólo a fuerza de
dedicarle entusiasmo, trabajo, ensoñación y ardor, empieza a parecer cada vez
más irrefutable: sus piezas lentamente comienzan a encajar y en la mente del
escritor aquella tenue ficción inicial se va haciendo más poderosa, como si
empezara a desalojar a la realidad de su espacio reinante. Es como si el
proceso previo al de la escritura en sí fuera la tensión del arco que disparará
la flecha: una vez que hemos apuntado cuidadosamente al blanco y tensado la
cuerda de manera correcta, la flecha sale disparada hacia su objetivo sin
vacilación alguna... ”
“Sin embargo, para
que todo lo dicho no quede en un terreno abstracto, vayamos al principio de ese
mecanismo del que hemos hablado y que se activa -para empezar- con la
observación. En efecto, una ágil observación de lo que ocurre a nuestro
alrededor es de valor capital para el escritor. ¿Realmente vemos la multitud de
hechos que forman parte de nuestro día a día? Probablemente ni siquiera nos
hemos fijado bien en la plaza mayor de nuestra ciudad y es que, como decía
Chesterton, «sólo cuando vemos un objeto mil veces, volvemos a verlo como por
primera vez». ”.
El mecanismo que usaremos para esta tertulia virtual
será el siguiente: se expondrá un tema como en este caso la descripción, tema
el cual estará en discusión unas dos semanas para los que no tienen tiempo
puedan participar.
TEMA N° 1
“La descripción es la representación de la imagen que
percibimos a través de las palabras. Es pues un dibujo que supuestamente
procura ser fiel a la realidad y que logra su cometido cuando construye frente
a los ojos del lector una imagen potente, sin la obstrucción de lo abstracto.
Un dibujo, sí, pero un dibujo que no sólo recrea lo que vemos, sino todo lo que
experimentamos a través de nuestros cinco sentidos. Ahora bien, la buena
descripción es una poderosa arma persuasiva, pues el narrador elige los
elementos que desea destacar y diluye aquellos que no le interesan o que le
interesan menos. Dicho de otra manera, es el narrador quien jerarquiza los
elementos visuales y decide qué es lo que el lector verá a través de su
descripción”.
“Describir algo no es hacerlo de forma
vaga e indiscriminada, sino más bien de manera exacta y persuasiva, entendiendo
primero la cuidadosa elección que hace el narrador de los elementos que
componen el cuadro, y segundo, la manera en que utiliza el lenguaje para
componer el texto. Las frases abstractas y generales están reñidas con la buena
descripción. Por el contrario, los detalles específicos insuflan realismo al
hecho narrativo, toda vez que describir es proponer una imagen nítida de un
objeto, de un personaje o de un espacio”.
“Vamos a ver cómo Gabriel García Márquez
logra este efecto en el cuento El avión de la bella durmiente, de sus Doce
cuentos peregrinos: «Era bella, elástica, con una piel tierna del color del pan
y los ojos de almendras verdes, y tenía el cabello liso y negro y largo hasta
la espalda, y una aura de antigüedad que lo mismo podía ser de Indonesia que de
los Andes. Estaba vestida con un gusto sutil: chaqueta de lince, blusa de seda
natural con flores muy tenues, pantalones de lino crudo, y unos zapatos
lineales del color de las buganvilias...» Es ciertamente difícil crear en la
mente del lector una imagen más seductora y potente. La maestría de GGM estriba
en el detalle singular y el acierto con que elige los elementos de la
composición: la piel "tierna del color del pan", el aura de
antigüedad que lo mismo podía ser de Indonesia que de los Andes... son detalles
novedosos, que revelan con inusitada intensidad al personaje”.
“La descripción no es
un elemento estático, apenas un simple decorado de la narración. Nada de eso:
una buena descripción -rápida o lenta, telegráfica o exhaustiva- es parte integral de la acción.
A ello debemos que nuestro lector vea, huela, sienta, perciba, se sumerja en
nuestra historia ”.
Frases
abstractas y generales:
“Nos referimos a
aquellas frases de contenido más bien gaseoso y tan amplio que apenas si sirven
para hacer ver con precisión lo que queremos describir. Decir de un personaje
que es "alto y corpulento", por ejemplo, no nos permite verlo sino
más bien advertir un concepto muy general de un tipo de persona, más no a la
persona. Pero si decimos que nuestro personaje tenía un "tamaño de
boxeador" estamos creando una imagen más poderosa y nítida, que da cuenta
de más detalles, todos estos formados de inmediato en la mente del lector”.
“Las descripciones requieren de nosotros
un acusado sentido del equilibrio entre lo que se explica y lo que se sugiere,
entre aquello que hacemos manifiestamente patente y lo que insinuamos. En
rigor, ese es el quid de la cuestión, el gran reto de la ficción literaria:
hacer participar activamente al lector de lo que nosotros le contamos”.