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viernes, 3 de mayo de 2013

TALLER DE CREACIÓN LITERARIA "RINCÓN CULTURAL"



Hola, cordial saludo: Bienvenidos todos.

El objetivo primordial de esta “tertulia litería de mi Rincón Cultural” no es otro que tratar y discutir sobre algunos tópicos literarios que nos ayuden a ser mejores escritores, todo lo anterior porque durante muchos años, expertos y críticos de la materia han ido descubriendo el carácter más bien elusivo que tiene la buena literatura, la manera en que, una y otra vez, parece rechazar cualquier consigna, desdeñar cualquier precepto y escabullirse de todo intento de sistematización. ¿Cómo pues, se puede enseñar a escribir?


¿Qué es y de qué nos puede servir este taller de creación literaria?


Este taller no es más que un espacio en el que los participantes nos enfrentamos juntos a este esquivo oficio para sugerir y orientar el avance de nuestros textos literarios que acometemos con mayor o menor fortuna. Por lo tanto, estos breves apuntes no son un taller en el sentido estricto, sino más bien una “tertulia literaria” sobre el hecho de escribir, que apenas contiene unas pinceladas acerca de los mecanismos más delicados que aparecen en cualquier cuento o novela y que pueden ser útiles a nosotros como escritores para así poder construir nuestro propio trabajo narrativo.


Mucho de lo que aquí diremos será también una extensa y al mismo tiempo contenida recopilación de lo tratado hace ya varios años en la página del Bumerán, taller virtual dirigido por el escritor Peruano residente en España Jorge Benavides, autor de varios libros y quién a su vez dirigía las páginas literarias del diario “El país” de Madrid-España —A medida que avancemos en los temas tenderemos la oportunidad de analizar sus libros, algunos premiados—,Por lo tanto, a partir de éste momento y con el objeto de evitar indelicadezas con los derechos intelectuales, en lo posible citaré las fuentes y en el peor de los casos, los temas irán con sus respectivas comillas, con lo cual significa que son temas tomados a manera de fragmentos de otros autores.

También tendremos en cuenta lo dicho por escritores, profesores, teóricos de la literatura y profesores de taller sobre el oficio y sus secretos. Pero sobre  todo, es una recopilación de todo aquello que he ido descubriendo desde hace veinte años como asistente de talleres virtuales y presenciales de la ciudad como “Taller Siembra”, “Taller la Urraca” y conferencias de la “Asociación de escritores de la costa”. A todo lo anterior hay que añadirle mis experiencias como “ratón de biblioteca” y mis forcejeos como escritor, todo esto reunidos en una extensa biblioteca, “consignas anotas, sugerencias, reflexiones acerca del hecho narrativo”.

Hablaremos de aspectos genéricos de la literatura, como la diferencia entre cuento y novela, o de los grandes temas literarios, pero también hablaremos de detalles minúsculos e interesantes del proceso de escritura, como la elaboración de los personajes, los resortes de una buena descripción, el inicio de un cuento o novela, los recursos estilísticos...en algunos casos serán simples bosquejos, otros resultarán más profusos y algunos otros más bien reiterativos”.


También echaremos mano de fragmentos de cuentos y novelas de estupendos escritores, porque al fin y al cabo es de ellos de quienes más y mejor aprenderemos.


Al final de cada tema surgirá una propuesta de trabajo, porque si nos dedicamos al oficio de escritores, la única manera de aprender a escribir es escribiendo.


El mecanismo que usaremos para esta tertulia virtual será el siguiente: se expondrá un tema como en este caso la descripción, tema el cual estará en discusión unas dos semanas para los que no tienen tiempo puedan participar. 


¿Cómo se puede participar?


Con comentarios y pegando algunos ejemplos de alguna descripción de una novela o cuento que nos llame la atención, mediante esta participación lograremos un mejor nivel de práctica y aprendizaje en el taller.


LOS COMENTARIOS: Se deben hacer en la casilla destinada para tal fin. Al inicio de cada comentario llevará el nombre del autor, con esto al final podrá firmar haciendo click en la casilla anónimo. Los comentarios no los verán inmediatamente pegados sino unas horas después.


Este espacio está abierto a todo aquel que quiera participar con sugerencias y comentarios, ya sabemos que la participación a la tertulia es de manera voluntaria.


A continuación algunos comentarios sobre el oficio del escritor.

“Lo realmente notorio de las ficciones literarias es que su sustancia sea constituida por palabras, no la anécdota en sí. Eso es lo que la particulariza y la vuelve independiente de lo que llamamos realidad. El narrador, escriba cuentos realistas o no realistas, está sumergiéndose en las aguas de un mundo donde, para seguir las tesis de Vargas Llosa de las que hablamos en algún momento, la única verdad que entrañan estas mentiras literarias es la capacidad de sugestionar al lector, de imantarlo y hacerle vivir, mientras lee, esa otra realidad fraudulenta que el narrador ha creado”. 


“Un buen escritor maneja los hilos de su historia de manera convincente, procurando que sus artificios logren el efecto deseado. Pero para ello es necesario primero que ese narrador se crea lo que está escribiendo. Si yo no lo creo, ¿cómo espero que lo haga el lector? Sinceramente: cuando empiezo a escribir una historia... ¿sé cómo es el personaje? ¿O simplemente lanzo a andar a una figurilla gris, de rostro borroso, al que he bautizado de manera apresurada "Juan" o "María", así a secas?

“De manera que hay que creerse lo que uno cuenta. El escritor tiene que estar convencido de lo que fabula, tiene que vivir -aunque sea parcialmente- en el mundo que ha creado. Ocurre que parte de esa confianza en nuestra propia historia se pone en marcha después de muchas, muchísimas horas batallando con una idea que suele ser bastante esquiva al principio y que poco a poco, y sólo a fuerza de dedicarle entusiasmo, trabajo, ensoñación y ardor, empieza a parecer cada vez más irrefutable: sus piezas lentamente comienzan a encajar y en la mente del escritor aquella tenue ficción inicial se va haciendo más poderosa, como si empezara a desalojar a la realidad de su espacio reinante. Es como si el proceso previo al de la escritura en sí fuera la tensión del arco que disparará la flecha: una vez que hemos apuntado cuidadosamente al blanco y tensado la cuerda de manera correcta, la flecha sale disparada hacia su objetivo sin vacilación alguna...

“Sin embargo, para que todo lo dicho no quede en un terreno abstracto, vayamos al principio de ese mecanismo del que hemos hablado y que se activa -para empezar- con la observación. En efecto, una ágil observación de lo que ocurre a nuestro alrededor es de valor capital para el escritor. ¿Realmente vemos la multitud de hechos que forman parte de nuestro día a día? Probablemente ni siquiera nos hemos fijado bien en la plaza mayor de nuestra ciudad y es que, como decía Chesterton, «sólo cuando vemos un objeto mil veces, volvemos a verlo como por primera vez».”.

El mecanismo que usaremos para esta tertulia virtual será el siguiente: se expondrá un tema como en este caso la descripción, tema el cual estará en discusión unas dos semanas para los que no tienen tiempo puedan participar. 


TEMA N° 1


La descripción


“La descripción es la representación de la imagen que percibimos a través de las palabras. Es pues un dibujo que supuestamente procura ser fiel a la realidad y que logra su cometido cuando construye frente a los ojos del lector una imagen potente, sin la obstrucción de lo abstracto. Un dibujo, sí, pero un dibujo que no sólo recrea lo que vemos, sino todo lo que experimentamos a través de nuestros cinco sentidos. Ahora bien, la buena descripción es una poderosa arma persuasiva, pues el narrador elige los elementos que desea destacar y diluye aquellos que no le interesan o que le interesan menos. Dicho de otra manera, es el narrador quien jerarquiza los elementos visuales y decide qué es lo que el lector verá a través de su descripción”.


“Describir algo no es hacerlo de forma vaga e indiscriminada, sino más bien de manera exacta y persuasiva, entendiendo primero la cuidadosa elección que hace el narrador de los elementos que componen el cuadro, y segundo, la manera en que utiliza el lenguaje para componer el texto. Las frases abstractas y generales están reñidas con la buena descripción. Por el contrario, los detalles específicos insuflan realismo al hecho narrativo, toda vez que describir es proponer una imagen nítida de un objeto, de un personaje o de un espacio”.


“Vamos a ver cómo Gabriel García Márquez logra este efecto en el cuento El avión de la bella durmiente, de sus Doce cuentos peregrinos: «Era bella, elástica, con una piel tierna del color del pan y los ojos de almendras verdes, y tenía el cabello liso y negro y largo hasta la espalda, y una aura de antigüedad que lo mismo podía ser de Indonesia que de los Andes. Estaba vestida con un gusto sutil: chaqueta de lince, blusa de seda natural con flores muy tenues, pantalones de lino crudo, y unos zapatos lineales del color de las buganvilias...» Es ciertamente difícil crear en la mente del lector una imagen más seductora y potente. La maestría de GGM estriba en el detalle singular y el acierto con que elige los elementos de la composición: la piel "tierna del color del pan", el aura de antigüedad que lo mismo podía ser de Indonesia que de los Andes... son detalles novedosos, que revelan con inusitada intensidad al personaje”.


“La descripción no es un elemento estático, apenas un simple decorado de la narración. Nada de eso: una buena descripción -rápida o lenta, telegráfica o exhaustiva- es parte integral de la acción. A ello debemos que nuestro lector vea, huela, sienta, perciba, se sumerja en nuestra historia”.

Frases abstractas y generales:


“Nos referimos a aquellas frases de contenido más bien gaseoso y tan amplio que apenas si sirven para hacer ver con precisión lo que queremos describir. Decir de un personaje que es "alto y corpulento", por ejemplo, no nos permite verlo sino más bien advertir un concepto muy general de un tipo de persona, más no a la persona. Pero si decimos que nuestro personaje tenía un "tamaño de boxeador" estamos creando una imagen más poderosa y nítida, que da cuenta de más detalles, todos estos formados de inmediato en la mente del lector”.


“Las descripciones requieren de nosotros un acusado sentido del equilibrio entre lo que se explica y lo que se sugiere, entre aquello que hacemos manifiestamente patente y lo que insinuamos. En rigor, ese es el quid de la cuestión, el gran reto de la ficción literaria: hacer participar activamente al lector de lo que nosotros le contamos”.